Star Wars VII: El despertar a la fuerza

meme kylo de ayudaSTAR WARS VII: EL DESPERTAR A LA FUERZA

Por Elizabeth Corrales y Abraham Corrales

Explosiones achicharrantes. Un Voldemort-Gollum de nombre tierno. Antiguos personajes que mueren en situaciones absolutamente predecibles. Nuevos personajes a los que les nace el «amor» entre ellos de un momento a otro, pues porque sí, porque son los protagonistas. Incongruencias mágicas, más explosiones dignas de Dragon Ball Z; batallas de nazis intergalácticos malísimos contra aliados-rebeldes-resistentes buenísimos, a tal velocidad que cuando te das cuenta ya combatieron 300 veces, y apenas va media hora de película. Súbitas iluminaciones morales con un simple dictado de fondo: «ya no voy a ser malo, mejor bueno, porque ser malo es malo» (?). Soldados imperiales (o de la «Primera Orden») igual de estúpidos e ineficaces que siempre. Diálogos insulsos, un Jar Jar Binks negro y una Luke Skywalker mujer para las buenas conciencias, pero jamás una mujer afroamericana de ascendencia mexicana: le queda más de extraterrestre que de humana, así que déjenla irreconocible con la compu; que parezca la hija de Yoda con ET y Dabura. Va directo al nuevo papel de relleno.

Todo lo anterior fue lo que recibimos hace un par de días, en un cine muy muy cercano, bajo el nombre de Episode VII: The Force Awakens, la nueva y aclamadísima cinta de la saga espacial más famosa de todos los tiempos: Star Wars. Sin embargo, al salir del cine, esa pequeña vocecita que siempre nos dice «no compres todo sólo porque te gustaba en la primaria», comenzó a cuestionar, a molestar y a tratar de evitar el consumo incontinente y acrítico de lo que produce la sociedad del espectáculo: en serio, ¿por qué la estructura de estas películas siempre debe ser tan inflexible, con héroes y villanos de perfil psicológico burdo y acartonado? ¿Porque es para un público joven? ¿Quiere decir esto que los jóvenes son idiotas? Aquella misma vocecita nos aconsejaba en 1999, con sobrada razón, que exigiéramos un rembolso del dinero que pagamos para entrar a ver las «precuelas». La premisa era la misma que en el nuevo episodio: los niños, los jóvenes y los «fans-from-hell» son idiotas; se emocionarán hasta las lágrimas y comprarán absolutamente todo (preventa de boletos carísimos para el preestreno, sopas Campbells, donas, pañales desechables, pruebas de embarazo, ediciones especiales con dos segundos extra) mientras se llame «La Guerra de las Galaxias».

Como siempre, el maldito capitalismo lo arruina todo, incluidos nuestros recuerdos de juventud. Hablaremos de los tiempos dorados de los episodios IV, V y VI al final; sean pacientes como con aquellos trailers del VII durante tres largos años. Aquí sólo serán unos minutos.

NO MÁS JAR JAR BINKS

Uno de los nuevos personajes del universo SW es Finn, un stormtrooper desertor de la Primera Orden, donde –según sus propias palabras– realizaba labores de limpieza (?) para luego encontrarse directamente combatiendo en batalla y sosteniendo los famosos blasters imperiales de los soldados. En este contexto, en su primer combate, luego de toda una vida adoctrinado por la Primera Orden (en una escena de la película, la Capitana Phasma ordena que reacondicionen al muchacho)… él y únicamente él reflexiona y llega a la conclusión repentina de que toda su vida hasta ese momento está equivocada (sin que sepamos exactamente en qué consistía esa vida, el adoctrinamiento al que estuvo sujeto, cómo adquirió esa conciencia moral súbita, o por qué la Primera Orden tiene métodos de control tan poco efectivos y, sin embargo, el dominio de toda la galaxia). Lo importante es que el “malo” ahora quiere ser bueno, y que tenemos salud. En algún momento, entre disparo y disparo, Finn relata brevemente su ingreso en las tropas del nuevo imperio: fue apartado del seno familiar a muy temprana edad, y moldeado según los estándares de una fuerza militar y totalitaria con amplio poder tecnológico, capaz de destruir planetas enteros, pero no de desarrollar androides intendentes o soldados funcionales (más ?).

Los constantes desaguisados, chascarrillos y comportamientos de este militar del aseo lo convierten en el elemento supuestamente cómico de la película. No podemos sino recordar al nunca bien ponderado Jar Jar Binks y la influencia que al parecer ejerció en los nuevos realizadores de la serie Star Wars (no en balde las siglas del nombre del director J.J. coinciden con las de aquel entrañable animalito). De nuevo un personaje insulso, absurdamente iluminado, gratuito y prescindible, adquiere gran protagonismo; así, lo vemos utilizar el sable láser con mucha destreza para alguien nunca entrenado en las artes Jedi –y al parecer ni siquiera en las militares–, y pelear como todo un guerrero-limpia pisos, héroe bobalicón de la película y cursi prospecto de la princesa-carroñera para el clásico boy-meets-girl, imprescindible en toda película que quiera vender algo en Hollywood. Y de paso insultar la inteligencia del odiado público.

EL HÉROE POR EL QUE LA GENTE DECÍA LLORARmeme bart simpson pregnancy

¿Quién no recuerda aquellas conmovedoras publicidades donde la gente estallaba en sollozos cuando Han Solo decía: «We are in home»? Pues resulta que en una galaxia muy pero muy lejana, nadie lloró la muerte de Han Solo, excepto su fiel y peluda mascota Chewie durante apenas unos segundos. Y a lo que sigue, que ya pasó hora y media y no ha aparecido Luke. Leia, su ex pareja aún involucrada sentimentalmente con él y madre de su hijo, limitó su duelo a un abrazo a su recién descubierta sobrinita.

Mientras tanto, toda la «resistencia» festejaba el estallido de un condensador o motor de un planeta mezclado con la Estrella de la Muerte (pura novedad). ¿Y Han Solo? ¿Quién es Han Solo? ¿El papá de Kylo Ren? ¿Al que mataron en cinco minutos? Ah, cualquier cosa, la vida y los episodios VIII y IX siguen. Eso sí, Harrison Ford por fin podrá descansar en paz, treinta millones de dólarAÑOS después. Pero los fantasmas, los juguetes y el merchandising que se le aparecen a los jóvenes padawanes nunca mueren, todos lo sabemos.

Por si fuera poco, para llenar el vacío, me parece haber visto a un lindo gatito… o droide: el pequeño y adorable BB-8. ¿A quién le importan Han, Luke, Leia, Darth Vader, Palpatine o los recuerdos de nuestra infancia vulgarmente destruidos? ¡Es bonito, como ewok!

TODOS SOMOS CAMEOS

La vocecilla, en su afán de enfadar, pregunta: ¿acaso C3PO y R2D2 ya no pertenecen al universo Star Wars? En la nueva película, estos memorables personajes de la trilogía original se limitan a hacer cameos. Tristemente, su participación en la trama no tiene ninguna justificación –aunque, si se piensa bien, también Luke, Han y Leia eran totalmente prescindibles: empieza la nueva historia, todos ellos están muertos en el presente y ya–. Si bien R2D2 guardaba la pieza faltante del mapa para encontrar a Luke, ésta podía haber estado en la tumba de Qui-Gon o de Mace Windu (¿Mace Windu? Debo haber inventado ese nombre) sin problema.

En esta lista se incluye al cameo protagónico de Jar Jar, y a casi todos los personajes excepto a Rey y a Vader-Junior.
Y… ¿quién diablos es Chewbacca?

LUKE KENOBI

Dos casi eternas horas transcurren para que por fin aparezca Luke Skywalker con aspecto del «viejo Ben», y justo en ese momento la película termina (y no sabrás nada antes de un año o dos, te comerá la incertidumbre y esperarás durante días y días frente a la computadora con el dedo en F5 para ver el nuevo trailer donde se ven apenas un casco y algunas letras). Pero volviendo al viejo Luke, no sólo regresa el jedi en el episodio VII, sino los errores más ridículos de las películas previas, tanto precuelas como originales. Yoda –el maestro jedi más poderoso de todos los tiempos– es derrotado (?) por el emperador, y su forma de solucionar esto es exiliarse en un planeta pantanoso. Y problema resuelto: no podía esperarse menos sabiduría del maestro Yoda. Asimismo, en lugar de entrenar a Luke y/o a Leia desde pequeño(s) como idealmente solicitaba la orden jedi, Obi-Wan se larga al desierto (casualmente como vecino de Luke, pues parece que Tatooine es un bonito vecindario) y se olvida de Darth Vader, del Emperador y de toda lucha del bien contra el mal. Con estos antecedentes, años después… ¿qué hace Luke cuando Kylo Ren lo traiciona y se pasa al lado oscuro? Se larga –aunque, jedi previsor que vale por dos, deja un mapa para que lo encuentren (?)– y no se aparece ni se inmuta cuando matan a su casi hermano Han, o para consolar a su gemela Leia por los malos pasos del sobrino, o para ayudar a la resistencia contra ¡el lado oscuro y los nuevos Sith! No, pues… para ser tan sabios y tener el don de prever el futuro, estos jedis son muy buenos droides. Tal vez la fuerza no sea lo suyo.

MAZ KANATA PHONE HOME

Una cantina al estilo de Mos Eisley –originalmente ubicada en Tatooine, pero le creemos a J.J. que ahora el desierto no es Tatooine, sino Jakku–, dentro de un planeta boscoso, tiene por dueña a una tal Maz Kanata (en este caso, Lupita Nyong’o o cualquiera que se pueda poner el disfraz digital, o sea… cualquiera). Por supuesto, todxs nos preguntamos cómo llegó el sable láser a manos de este personaje, mientras la vocecilla sigue de molestosa: ¿por qué se necesitaba una cantina casi idéntica a la de Mos Eisley? ¿Habría una ruptura en la continuidad espacio-tiempo si no existiera Maz Kanata en el universo Star Wars? ¿Es Yoda?

REY SKYWALKER (olviden lo de Skywalker, no dijimos nada)

Lo más alabado de Star Wars VII –y lo único que se alabará aquí, de hecho– es el personaje de Rey, de quien sólo sabemos que vive de la “carroña” y que espera a alguien a quien no recuerda (?). El personaje está más o menos logrado y la actriz es excelente, sin embargo, no deja de ser parte de la política correcta de esta película, y como tal, aún no llega a convertirse en la heroína que el público (especialmente el femenino) merece. Rey se vale por sí misma, cierto, pero… ¿de verdad alguien tan “sagaz” e “independiente”, con tanto poder proveniente de la fuerza, cedería a primera vista (y no hay mucho que ofrecer en ese sentido) ante los “encantos” de un cretino desconocido y torpe? ¿En Jakku no tenía amigos o amigas? ¿Es una monja virgen? ¿Será una jedi a la que sí se le permita casarse como Dios manda? Con todo esto, la relación entre Rey y Finn parece un romance prefabricado y artificial, apretujado con calzador, para que todo quepa en el molde “We are the world, we are the children” de J.J.

Por otra parte, si algo se le criticó a las precuelas, fue la cursilería de la que hicieron gala en cuanto al romance de Anakin y Padme. Pues… mis jóvenes padawans, lamentamos informarles que no sólo Jar Jar regresó, sino también los ojos de borrego a medio morir de Padme y frases de dignas de un Sith enamorado como “Me viste como nadie me había visto”, “¿Tienes novio? ¿Es apuesto?”. Las escenas entre Rey y Finn no le piden nada a los momentos bailando entre florecitas de Hayden Christensen y Natalie Portman.

De ahí la pregunta que no nos ha dejado dormir en estos días: ¿la heroína más “feminista” de la historia de Star Wars no podía vivir sus aventuras de jedi sin un hombre? Caray, J.J…

CONTINUARÁ… (NOT.)

En 1977, un grupo de estupendos artistas del medio cinematográfico (Ralph McQuarrie, Joe Johnston, John Dykstra, Phil Tippet y Leigh Brackett, entre otros) trabajó en una trilogía de películas que permanecerían en el gusto del público durante varias generaciones desde su estreno. Por desgracia, lo que comenzó como una serie de historias fantásticas de buena calidad, basadas en un par de hojitas escritas por George Lucas y cosas que se iban añadiendo sobre la marcha, degeneró en una nueva trilogía conocida como “precuela”, caracterizada por su ramplonería, barroquismo visual y vacío de contenido dramático-narrativo. Varios años después, en este 2015, apareció la primera secuela de una nueva trilogía que, lejos de cumplir todo lo que se dedicó a prometer en exceso, comparte las características de la trilogía de 1999-2005: una trama estulta y por momentos ridícula (sin que esto tenga que ver con la fantasía) que sobrecompensa sus fallos con excesos visuales.

Las preguntas de nuestra vocecilla siguen y siguen: ¿qué cambió de 1977 a 1999 y al 2015? ¿Acaso envejecimos, nos volvimos amargados y odiamos todo lo nuevo? Nuestra respuesta sería: sí y no. Envejecimos, claro; nos volvimos un poco amargados, como la mayoría de los adultos al darse cuenta del mundo que les ha tocado como hogar, desde luego; ¿odiamos todo lo nuevo? En absoluto: lo nuevo –lo verdaderamente nuevo, no lo refrito– es bueno casi siempre. Sin embargo, lo que cambió no fuimos nosotros como receptores, sino ellos –Lucas, J.J. Abrams, Disney– como emisores, es decir, su actitud hacia el público. La excesiva acumulación de dinero que obtuvo Lucas a raíz del éxito de Star Wars, convirtió a una obra que casi se gestionó como filme independiente en una monstruosa fábrica de dólares, digna de Jabba the Hutt. Cuando Lucas perdió el respeto por el público que lo volvió millonario, es decir, cuando sentenció que las nuevas películas (los episodios I, II y III) serían “para niños” principalmente, y por niños entendió “personitas y señores que eran personitas en el 77, que se conforman con cualquier estupidez de la que se pueda sacar merchandising y que no sea ‘complicada’ para sus escasos cerebros”, nacieron Jar Jar Binks, los midiclorianos y las florecitas de la reina Amidala. Lo mismo sucede actualmente con el episodio VII: J.J. Abrams quiso filmar una película que conservara a los antiguos fans de Star Wars y que le pareciera atractiva a las nuevas generaciones de clientes, entendiendo por antiguos fans “chavorrucos nerds” y por nuevas generaciones “millenials”. Los resultados están a la vista de quien pueda y quiera ver, y es lo que echamos de menos quienes estimamos el trabajo artístico detrás de la trilogía original, que evidentemente no fue producto de una sola persona, y recordamos con tristeza aquellos años cuando creíamos que merecíamos cosas mejores… y guionistas que supieran desarrollar tramas coherentes.

El polvo se lo lleva el viento (convenciones de cómics en México)

En este año que termina (2013) estuve en 3 diferentes convenciones donde participé como expositor en el estado de Morelos y creo prudente hacer unas observaciones al respecto; aunque el título alude al país entero, debo excluir algunos casos de mis observaciones como lo son FestoComic, que me parece es un muy buen e interesante ejemplo de promoción al cómic nacional. También debo excluir algunas ocasionales ediciones de La Mole o la Comicon (versión mexicana) e incluso debo mencionar también que, pese que a mucha gente no congenia con la ideología de Óscar González Loyo, el esfuerzo que él y su estudio KaBoom hacen es notable, pues hay coincidencias en muchos puntos entre quienes desean promover el cómic nacional y ahí está el rollo.

Cosplay

Cosplayer fotografiada en BambooFest en Cuautla, Morelos.

A mediados de año en el Auditorio Teopanzolco tuvo lugar «La Macross», luego unos dos o tres meses después tuvo lugar la «Expo Magic» en la Alameda de la Solidaridad en Cuernavaca, Morelos. Y por último el pasado fin de semana (23 y 24 de noviembre) tuvo lugar «Bamboo Fest» en la H.H. Cuautla.

Por lo que he platicado con algunos dibujantes expositores creo que los problemas se repiten simple y sencillamente porque quienes organizan estos eventos, aunque les agrada todo esto del cómic, lo suyo no es promover el talento mexicano, sino hacer negocio. Este patrón es fomentado también por la enorme invasión cultural del manga y el anime japoneses por un lado, y por el otro el cómic de súper héroe y el cartoon estadounidenses. Por supuesto no tengo nada en contra del manga o el anime, de hecho me agradan bastante (aunque estoy seguro de que no soy un «otaku» y menos un «mangaka»). El cómic de súper héroes hace mucho lo abandoné por cuestiones ideológicas, y digamos que me es indiferente, y el cartoon aunque aprecio mucho su estilo, me parece que sigue siendo impopular en el medio impreso.

De modo que lo que las nuevas generaciones buscan es el «cosplay«, hobbie que me parece entretenido, artesanal y sano, las figuras de acción de sus súper héroes y personajes del oriente, los actores de doblaje (muy importantes y buenos a nivel Latinoamérica) que dan vida con su voz a dichos personajes, los originales impresos y claro, las copias no autorizadas que son siempre más económicas que las originales de sus videos y películas favoritas de anime. De modo que en este ceviche el cómic mexicano (la vieja guardia del cómic impreso y tradicional) y el nuevo cómic mexicano (webcomic) quedan casi como un aderezo optativo que no sabe bien y que nadie quiere echar en su ceviche.

Pero resulta que ese aderezo es tan rico como el propio ceviche. Hay una enorme gama de talentos (antiguos y nuevos) en el medio del cómic nacional que valdría la pena mirar. El cómic nacional como la animación nacional independiente está demostrando que tiene y tendrá futuro. La cuestión no es nada más que se esté produciendo, sino que se esté consumiendo. Nuestra cultura dicta que es mejor si está en otro idioma, si es de Europa, EE.UU. o Japón. No debería ser así… El asunto es de raíz, completamente cultural, dejando completamente fuera el asunto del nacionalismo y el patriotismo.

Por otro lado y regresando al asunto de las convenciones, al dibujante mexicano lo han dejado relegado a ser un «mal necesario». Son unos sujetos que nadie conoce, que antes publicaban o que si publican, nadie sabe donde hallarles (¿cómo encontrarlos entre tanto animé?) Y nadie se preocupa por el espacio donde promocionarán su talento (que perdón, vale más que lo que pueda recaudar una convención entera). En un rincón oscuro de pabellones que no son principales y nadie visita, o en las afueras del centro de convenciones, en el inclemente sol, con unas mesitas y sombrillitas, ahí estarán ellos, dispuestos a venderte un dibujo para poder pagar su espacio y su viaje.

Así viene siendo, y así parece que seguirá siendo.

Creo que los dibujantes en México están en donde los organizadores de los eventos consideran que merecen estar, aunque digan que el cómic no existiría si no fuera por nosotros, sí. Y su modo de agradecer que los chavitos de hoy en día estén tan interesados en asistir a un evento donde pagarán por comprar es poner a los que lograron esa hazaña en un rincón, incómodos, en muchas ocasiones sin ofrecerles una atención y cortesía mínimas.

Así que cuando vayas a una convención de cómics, ciencia ficción, anime y fantasía, observa donde están los dibujantes, y eso te dirá qué tanto le importa a los organizadores el promover el cómic en México, o bien, qué tanto les importa vender la mayor cantidad de entradas a su evento.

La pregunta del millón sería ¿y a ti qué tanto te importan los dibujantes nacionales?

Si eres uno de los que desean iniciarse en esto del cómic o la animación, creo que debería importarte mucho. Y si eres un(a) consumidor(a) al que sólo las muñequitas de ojos y senos enormes o los bien dotados súper héroes le atraen, y además llegaste hasta aquí leyendo, probablemente perdiste tu tiempo leyendo el artículo.

Resurgimiento de un super héroe (paródico) – Condón Man

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Debido a ciertos cambios tuve que cerrar temporalmente mis blogs, y por asuntos laborales (está dura la crisis). Pero todo ha sido con la finalidad de mejorar y poder realizar aportaciones al mundo de la animación independiente y libre. Y en ese tenor, uno no puede dejar de involucrarse con el mundo de la historieta. Hace ya muchos años que soy amigo de Daniel Benítez, creador de «Condón Man, el enmascarado de látex», el original porque por ahí ha habido algunos intentos raros de ripoffs. Resulta que hace tiempo batallamos para lanzar a Condón Man de nuevo y por fin se hará realidad este sueño.

Condón Man vuelve, está de regreso con su humor pícaro y además estará en la web. Así que estaremos pendientes de la «condón-señal» que en aquellos tiempos las desamparadas señoras y señoritas, y los despingados jijos enviaban al encapotado de hule. Por cierto, estaremos presentando al personaje en Bamboo Fest en la H. Cuautla, Morelos. Habrá sorpresas así que les recomiendo que vayan, que hagan lo posible por asistir porque al parecer es el primer evento en su tipo que se realiza en esta heróica ciudad.

También les aviso que el enmascarado de látex ya tiene cuenta oficial en Twitter: @elmerocondonman y su página en Facebook. No nos olvidemos de esas increíbles personas y amigos que han recordado a Condón Man y a Daniel en la web, para que las nuevas generaciones puedan saber sobre este súper héroe paródico. Los enlaces van a México Comic, Asamblea Comics, y Asanti.

Dibujando en una convención de anime…

Expo La Macross

Mañana sábado 1º de junio y el domingo 2º de junio estaré en las mesas de dibujantes de la «Expo La Macross» que se llevará a cabo en el Auditorio Teopanzolco de la ciudad de Cuernavaca. Habrá buenas sorpresas y me dará gusto ver caras conocidas por allá. Así que les recomiendo que si andan por el centro de Cuernas, se den una vueltecita.